Puig sube impuestos en diferido para que sus socios le permitan aprobar su reforma fiscal

El presidente de la Generalitat Valenciana el socialista Ximo Puig subirá impuestos a las rentas más altas como parte del acuerdo con sus socios de Gobierno para que éstos permitieran llevar a cabo la reforma fiscal que anunció en el último debate de política general hace poco más de 3 semanas. Será una subida de impuestos en diferido, que no tendrá efecto en los bolsillos hasta 2024, una vez pasadas las elecciones, frente a la rebaja fiscal que también se ha aprobado hoy y que, por el contrario, es de aplicación retroactiva a 1 de enero de este año.

Después de una larga semana, en la que el Gobierno valenciano ha decidido continuar adelante con un anteproyecto de ley que incluye 3 nuevos impuestos y abre las puertas a otra batería de gravámenes sobre el turismo y mientras tramita la ley de la tasa turística, el Gobierno valenciano ha dado luz verde a su reforma fiscal. 

La reforma fiscal de Puig se sustanciará en 2 partes. Una, a través de un decreto de aplicación inmediata, las deducciones, y otra, en la ley de acompañamiento de los presupuestos para el próximo ejercicio, los incrementos.

Deducciones

Por lo que hace referencia al decreto, que tendrá carácter retroactivo a 1 de enero de este año, y que es dónde se encuentran las reducciones, éstas afectarán, sobre todo, a las rentas inferiores a 30.000 euros. En ese tramo, una renta de 19.000 euros tendrá un ahorro de 97,95 euros. Y las de hasta 48.000, de 57 euros. Las que cobren más de 65.000 euros pagarán un 0,1% más.

La reforma fiscal supone una rebaja impositiva para rentas de hasta 60.000 euros. En torno al 97,4% de los contribuyentes. Así, lo han manifestado hoy la vicepresidenta primera de la Generalitat Aitana Mas (Compromís) y Arcadi España, consejero socialista de Hacienda. Según sus datos, las rentas hasta 30.000 euros concentran un total de 101 millones de los 149 en que está valorada. Y de los que, de momento, el Gobierno de Puig sabe cómo recuperara 40.

Al anuncio del Gobierno de Ximo Puig se incorporan deducciones para compensar el incremento de los intereses hipotecarios a consecuencia de la subida de tipos de interés hasta un máximo de 100 euros. También, hay deducción para tratamientos de fertilidad, y se aumentan en un 10% algunas otras deducciones, como el alquiler de vivienda o las de nacimiento o adopción de hijos, siempre dentro de esas rentas. Sumadas estas últimas, el precio de la reforma asciende a 180 millones de euros, lo que supone el 10% de lo recaudado por el Gobierno valenciano de más hasta la fecha (1.800 millones) como consecuencia del incremento de los precios y la crisis.

Subida de impuestos

Todas estas medidas son retroactivas a 1 de enero de este año. Otras, las que atañen a la subida impositiva, no tendrán efecto real sobre el contribuyente hasta 2024, pero ya se pondrán en marcha en 2023, porque se incluirán en la ley de acompañamiento de los presupuestos.

Esas medidas son el aumento de un 0,25%  en el impuestos de patrimonio superior a 1,3 millones de euros y del 10% al 11% en la compra de viviendas por las que se pague más de un millón de euros. También, se modificará para esas rentas altas el tramo del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) al alza, pero esa tarifa, según han dicho hoy, está por determinar.

En términos comparativos, la reforma de Puig se queda muy lejos de la impulsada por el presidente del PP valenciano Carlos Mazón, cuantificada en 1.500 millones frente a los 149 -180 tomando en cuenta las deducciones- de la Puig y su Gobierno.